19 oct 2004
Breve Romance
JUAN BEAT PARA LORENA B.
El frío cede y me revuelvo bajo las sábanas del depto 15; los autos, el tranvía y las motonetas a gran velocidad cruzan la vía Cresenzo. El sonido de un saxo me despierta y ella no está en cama, escucho que prende la tv y algo dicen en Italiano acerca de un transexual mexicano que se suicidó después de su última película X . Lorena trae una bata de seda y el contorno de sus senos se pierden, solo los pezones erectos se "traslucen". Siguen los motores rugiendo, el saxo, los gritos; creo explotó una "nave" de la NASA, no le tomo importancia, yo he explotado más veces y aún sigo con la esperanza de amanecer con "alguien", despojarla de esa bata u otra, y llenar la tina con agua casi hirviendo. Doce grados centígrados y no pasa nada. Sigue con la bata y yo con las llaves del Volvo bajo la almohada.
Es actriz, ha estudiado en academias inglesas y ahora reside en Italia, llevo dos días en su departamento, me he bebido su tinto y ni siquiera hemos tenido sexo, solo dormimos juntos, ella, cae rendida; yo he dejado a mis padres en Florencia, se quedarán esta noche y mañana por la tarde iré por ellos. Realmente no se que hago yo en este piso. El lugar es agradable, tiene una gran cava de vinos y la pasta le queda muy bien. La conocí en el vuelo Madrid-Roma, hablamos sobre Dario Argento y sus películas; y al bajar del avión me dejó su teléfono y dirección. Se llama Lorena y dice estar aburrida de los "free".. Cómo sabe que yo no la busco para lo mismo; independientemente de que yo soy "un hombre de senos", los suyos me agradan, pero no tengo ganas de pensar en "amor, sexo o ambos". Es hora de cubrirme con las sábanas y esperar a que ella apague la luz y deje su libro debajo de la cama.
Quisera aunque sea un "leve romance" con ella, pero sus energías están en la obra que prepara, ----esos pinches italianos, solo porque soy diferente me fastidian; hacen su grupito y tengo que soportarlos------- me dice furiosa agitando sus manos como si quisiera ahorcarlos. Yo solo la miro, en unos cuantos días debo regresar a la escatológica ciudad de México y lamentaré mucho ni siquiera haber intentado besarla, se veía tan tranquila con ese vestido y su cabello rojo, esperando en la sala a que yo saliera con una gorra espantosa y un jersey de hockey, hizo muecas, pero aún así caminamos hacía el teatro. No puse nada de atención a la obra, solo nerviosamente intentaba rozar sus manos con las yemas de mis dedos, cuando lo logré estaba dispuesto a besarla, sin embargo, ya no deseaba un efímero y "leve romance"